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Cortázar sobre la eficacia de los relatos gráficos

Julio Cortázar (1914-1984) fue un escritor argentino considerado uno de los principales exponentes del llamado Boom latinoamericano. Cortázar acompañó su actividad literaria de una permanente reflexión política siendo, desde el exilio, un duro crítico de los regímenes dictatoriales del cono sur, y un hermano solidario de la Cuba revolucionaria, el Chile de Salvador Allende y la Nicaragua sandinista. El texto que transcribimos a continuación es parte de un seminario sobre política cultural y liberación democrática en América Latina dictado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en España, en 1982. En estas líneas, Cortázar hace gala de dos de sus facetas más características: enhebra el compromiso político con la experimentación literaria. Poniendo la mirada en los relatos visuales y con un objetivo marcadamente político en el horizonte, Cortázar llama a romper los moldes e incursionar en nuevos medios, géneros y formatos de mayor alcance popular.

ABRE COMILLAS


(…) Si es cierto que la imaginación es y será nuestra mejor arma para tomar el poder, entendiendo por poder una participación más estrecha y más eficaz en la lucha del pueblo por su identidad y su legítimo destino, nuestro quehacer tiene que articularse a base de técnicas más eficaces que las consuetudinarias, menos estereotipadas que las que emanan de nuestras tradicionales etiquetas de cuentistas, poetas, novelistas y ensayistas, y todo eso sin dar un solo paso atrás en lo que nos es connatural, pero vehiculándolo con una manera capaz de llegar allí, donde nunca llegará si seguimos en nuestro viejo circuito rutinario, por más bello, avanzado y audaz que sea en sí mismo.

(…) nuestro quehacer tiene que articularse a base de técnicas más eficaces que las consuetudinarias (…) *

Retratos de Cortázar realizados por Dazazás.

Y por eso espero que a esta altura de lo que digo nadie sonreirá irónicamente si hago referencia a posibilidades tales como las tiras cómicas, así denominadas por una mala traducción del inglés y que sería mejor llamar relatos gráficos. Sabemos que los dibujos humorísticos de contenido satírico -Eso que los anglosajones llaman cartoons– han probado desde hace siglos su eficacia política incluso en países donde la censura se ensaña contra todo lo que considera serio, pero se ve obligada a dejar pasar lo meramente cómico, tras de lo cual alienta una seriedad que el pueblo descifra y asimila infaliblemente.

Viñetas de Rius y Quino.

Por desgracia, es evidente que este arte tan importante no nos ha sido dado al os escritores, incapaces en la mayoría de los casos de imaginar un tema de ese tipo y mucho menos de dibujarlo. La tira cómica, en cambio, supone casi siempre la colaboración de un dibujante y un escritor; es como un cine inmóvil, un relato en el que participan la imagen y la escritura, el guión con todo su contenido intelectual y los personajes representados por una pluma capaz de darles vida y conectarlos con la sensibilidad del lector-espectador. Este género tiene magníficos exponentes en casi todos los países latinoamericanos, pero el trabajo individual de talentos, como el de Rius en México, Quino, en Argentina, y tantos otros sin duda bien conocidos por ustedes, abre la posibilidad de multiplicar sus efectos si los escritores forman equipo con los dibujantes y llevan la tira cómica a dimensiones que no tienen por qué ser inferiores a los de la literatura narrativa. Hace unos años yo robé una tira cómica mexicana que me incluía con gran desenvoltura como uno de los personajes de las aventuras de Fantomas, una especia de supermán idolatrado por millares de lectores populares, y con ayuda de amigos publiqué un falso equivalente, cuyo verdadero fin era denunciar a las transnacionales y poner en descubierto las más sucias tareas de la CIA en América Latina. La edición se agotó en seguida gracias a Fantomas, por supuesto, que una vez más se metió por la ventana y no por la puerta de sus lectores, pero ahora con una finalidad muy diferente de las que le habían dado tanta fama en México.

Cortázar en Fantomas.

Y ya que estamos en esto, ¿qué decir de esa otra plaga moderna que podría ser convertida en un fascinante mensaje cultural, como es el caso de las fotonovelas? La asociación inteligente de escritores y fotógrafos abre un campo inmenso a la imaginación popular, pero ya sabemos lo que se publica hoy en revistas que embrutecen a millares de lectores ingenuos y llena los bolsillos de las transnacionales. Me quedaría por citar el arma más extraordinaria, más delirante, más operativa: la televisión. Alguien me dirá en seguida que ella, como el cine, está en manos del gran capital y que nadie accede a sus santuarios sin la censura previa de los lavadores de cerebros; pero es triste comprobar en en América Latina hay países como Cuba y Nicaragua, que tienen canales que son del pueblo y para el pueblo, y que, sin embargo, continúan obedeciendo en gran medida a la ley de la facilidad y del conformismo, simplemente, porque los escritores, los artistas, todos nosotros con nuestras etiquetas, hemos sido incapaces hasta hoy de tomar por asalto esos reductos desde donde la verdadera cultura podría abrirse paso hasta los lugares más alejados y más desposeídos. (…)

La asociación inteligente de escritores y fotógrafos abre un campo inmenso a la imaginación popular(…)*



ABRE COMILLAS es una columna que recoge citas, transcripciones y fragmentos textuales en donde importantes actores reflexionan en torno a una producción cultural alternativa.

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