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Samora Machel y la independencia de Mozambique

Independencia de Mozambique

El día es 25 de junio de 1975. El Estadio de la Machava, lleno hasta los topes, espera ansiosamente por el momento. Sube a la tarima y se acerca al micrófono el personaje central, sonriente e imponente: Samora Machel.

“En nombre de los mozambiqueños y mozambiqueñas, a la medianoche de hoy, 25 de junio de 1975, el Comité Central de la FRELIMO proclama solemnemente la independencia total y completa de Mozambique y su constitución en la República Popular de Mozambique.”

(Discurso de independencia de Samora Machel, 25/06/1975)

Mapa Mozambique
Samora Michel

Luchar por Mozambique

Portugal, uno de los países más retrógrados de Europa en ese momento, fue el último a soltar sus colonias en África. El modelo colonial acumulaba contradicciones, pero la dictadura fascista de Oliveira Salazar se negaba a renunciar al viejo “imperio”.

Sin embargo, los vientos de independencia ya soplaban por todo el continente y Mozambique no era excepción. Se formaron varios movimientos independentistas, esencialmente en el centro y norte del país, con el apoyo de Tanzania y Julius Nyerere. El 25 de junio de 1962, estos movimientos se unificaron en el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO [1]). Dos años más tarde, el 25 de septiembre de 1964, la FRELIMO empezaría la lucha armada contra el régimen colonial.

“La FRELIMO proclama hoy la insurrección armada del pueblo mozambiqueño contra el colonialismo portugués, hacia la conquista de la independencia total y completa de Mozambique. Nuestra lucha no cesará hasta la liquidación del colonialismo portugués.”

(Declaración del Comité Central de la FRELIMO, 25/09/1964) 

Eduardo Mondlane

El primer líder de la FRELIMO, que desde luego asumió una posición socialista, fue Eduardo Mondlane. A semejanza de otras figuras de proa de los movimientos africanos de liberación, como el guineense Amílcar Cabral, Mondlane era un intelectual que había estudiado afuera (en Portugal y EEUU). Y como en muchos otros casos, Mondlane llegaría también a la conclusión de que no se alcanzaría la independencia a través de una solución negociada con el régimen portugués.

En 1968, escribió el manifiesto “Luchar por Mozambique”, pero el texto sólo sería publicado después de su muerte. Mondlane fue asesinado con un libro-bomba por la policía secreta portuguesa (PIDE) el 3 de febrero de 1969. 

Sin su histórico fundador, la FRELIMO depositó sus esperanzas en un nuevo líder, joven y carismático: Samora Machel. Una figura inspiradora que no dejó a nadie indiferente. Machel es quizá la figura más importante de la historia de Mozambique.

mural mozambique

A finales de los años 60 e inicios de los 70, la posición portuguesa en sus colonias (fundamentalmente Guiné, Angola y Mozambique) era cada vez más insostenible. La guerra colonial exigía cada vez más recursos, materiales y humanos, de un país atrasado bajo una dictadura fascista. En Mozambique, la guerrilla de la FRELIMO seguía derrotando al ejército colonial y avanzando cada vez más al sur.

mapa

Finalmente, con la presión de la guerra colonial y de la resistencia clandestina, el régimen portugués fue derrocado por la Revolución de los Claveles el 25 de abril de 1974. La independencia de las colonias fue uno de los primeros compromisos del nuevo gobierno revolucionario en Lisboa.

FRELIMO

Independencia o muerte

Decir que la tarea de la FRELIMO tras la independencia era complicada es un eufemismo. Tenían por delante un país extremamente subdesarrollado, con una infraestructura más que insuficiente y una escasez tremenda de cuadros formados. Pero el partido tenía una legitimidad incuestionable y un horizonte socialista firmemente dibujado.

Los primeros años de la independencia fueron de enorme entusiasmo, de algunos errores y excesos, y de enormes sacrificios también. Estudiantes de bachillerato fueron reclutados como profesores en pueblos remotos. Estudiantes universitarios destacados asumieron direcciones provinciales. Jóvenes graduados fueron llamados a dirigir las empresas estatales.

Estampilla soviética

Fue también un período de ejemplar solidaridad. La FRELIMO asumió abiertamente el marxismo-leninismo tras la independencia, y del bloque socialista llegaron docenas de técnicos, ingenieros y profesores universitarios. Miles de jóvenes mozambiqueños fueron a estudiar al extranjero, especialmente a la Alemania Oriental y a Cuba. De hecho, había un barrio entero de estudiantes mozambiqueños en la isla.

El proyecto avanzaba detrás de la locomotora que era Samora Machel. En sus discursos insistía siempre que “¡a luta continua!” (“¡la lucha sigue!”), y fue incansable a la hora de enfrentar algunos de los elementos más retrógrados y enraizados en la sociedad, como la desigualdad de género y el tribalismo. Un factor fundamental era que el partido daba el ejemplo. “Debemos ser los últimos en los beneficios y los primeros en los sacrificios”, insistió Machel una y otra vez.

“La ofensiva que ahora iniciamos, es el inicio de una nueva guerra. Una guerra contra el subdesarrollo, que hará de Mozambique un país fuerte, donde los mozambiqueños tengan trabajo, buena alimentación, salud y educación de calidad, vivienda digna. Fue por estos objetivos que hemos luchado desde siempre, y por ellos que aceptamos sacrificios.”

(Discurso de Samora Machel, 1979)

Mural Samora Machel

Pese a las dificultades, la FRELIMO no desistió de sus objetivos, y en 1980 lanzó el Plan Prospectivo Indicativo (PPI). Un programa detallado y ambicioso para la década de los 80 que planteaba metas como la erradicación del analfabetismo y mejoras significativas en la calidad de vida de la población. El Estado iba a tomar la delantera con grandes proyectos de infraestructura y avances en la agricultura e industria.

No se sabe si hubiera sido posible lograr estos objetivos, pero agentes exteriores no permitieron que se descubriera. El fantasma de la guerra, que estuvo presente desde el principio, llegó con fuerza en los años 80 para frenar y destruir los sueños.

Mozambique independiente

La guerra y el eterno subdesarrollo

El Mozambique independiente nació rodeado de enemigos. Hacia el occidente estaba el régimen racista de Ian Smith en Rhodesia (más tarde Zimbabwe) y en el sur el apartheid sudafricano. Para estos países, y naturalmente para Estados Unidos, era intolerable un país socialista y además solidario con los movimientos de liberación: el ZANU en Zimbabwe y el ANC en Sudáfrica.

La táctica fue crear y apoyar un movimiento rebelde (llamado RENAMO) que sembró terror y destrucción en el país. La RENAMO nunca tuvo oportunidades reales de ganar militarmente y tomar el poder, pero sí logró paralizar al país. Los rebeldes destruyeron puentes, escuelas y centros de salud, quemaron fábricas, asesinaron cuadros, cometieron masacres por doquier, forzando al gobierno mozambiqueño a dedicar tiempo, esfuerzo y recursos para combatirlos. 

El golpe final en las aspiraciones revolucionarias ocurrió el 19 de octubre de 1986. Cuando regresaba de una reunión en Zambia, el avión de Samora Machel se estrelló en Mbuzini (Sudáfrica), un “accidente” que muchos hasta hoy sostienen que tuvo detrás la mano del régimen del apartheid.

Funeral de Samora Machel

Desde ese momento se puede llegar al presente en un avance rápido: las inevitables negociaciones de paz, el inevitable abandono del proyecto socialista, la inevitable llegada del FMI, la inevitable democracia liberal, la inevitable corrupción, la inevitable dirigencia que se acomodó en el poder. En pocas palabras, el inevitable y eterno subdesarrollo.

El panorama mozambiqueño actual es el típico del continente africano. Pobreza, subdesarrollo, dependencia, corrupción y tantos otros males recaen en una mayoría condenada a la miseria para alimentar a las élites locales y principalmente al norte global. 

Mirando elementos estructurales, como el pasado colonial o la guerra civil, se podría argumentar que este era el destino más que probable. Pero durante unos años, junto a Samora Machel, el pueblo mozambiqueño tuvo la dicha de poder soñar con un futuro diferente, mejor y más justo. ¡A luta continua!

Texto e investigación: Ricardo Vaz. Ilustraciones: Cacica Honta. Diseño gráfico: Kael Abello.

NOTA

[1] Se utilizará FRELIMO en el femenino en el artículo como en portugués

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