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René Mederos y las sandalias de Ho Chi Minh

El retrato que hace René Mederos del líder vietnamita nos lleva a ese momento cuando se encontraba sentado en la orilla de un río, teorizando y analizando un mundo que quería cambiar.

René Mederos, “Viet Nam Vencerá” (1971), serigrafía.

Un hombre está sentado a la orilla de un manglar. Vestido de blanco, como para combinar con el color de su cabello y su larga barba, sobresale frente a los colores vivos a su alrededor. Lee un periódico con sus pies descalzos extendidos y los libros y sandalias apilados a su lado. El agua muestra su reflejo, y lo captura en su acto de reflexión. Pero esto no es un picnic en el parque. Es una escena en un cuadro sobre la guerra y la resistencia.

“Se parece al vecino chino de la abuela”, comentó Raysa Mederos, en ese entonces de seis años, al ver otro retrato del mismo hombre. “¿Él es de la Unión Soviética?”

Su padre, René Mederos, el artista gráfico cubano y autor de este retrato, respondió: “No, es de Vietnam.”

El hombre en el cuadro es el líder comunista vietnamita Ho Chi Minh. En 1969, el Partido Comunista de Cuba envió a Mederos a documentar la guerra en Vietnam. Una vez allá, marchó durante meses al lado de las fuerzas de liberación para retratar el anti-imperialismo. Esta imagen del “Tío Ho”, como lo llamaban a menudo, en la orilla, se llama “Viet Nam vencerá” (1971) y es uno de los 24 cuadros que Mederos produjo en ese viaje. Más tarde, sus obras se imprimieron masivamente como carteles y sellos postales, trayendo la lucha del pueblo vietnamita a la cotidianidad de la vida en Cuba.

“Viet Nam vencerá” fue la inspiración para la portada del libro Selected Hồ Chí Minh, que me invitaron a hacer, editado por Vijay Prashad y publicado por LeftWord Books. Le escribí a la familia Mederos para obtener su beneplácito y saber más sobre su trabajo. En octubre de 2021, tuve una vídeo llamada con la Raysa, hija de René, y Marcelo Brociner, su nieto.

Kael Abello, “Mederos en Vietnam” (2020) de la serie René Mederos: color y lucha 

Nacido el 20 de noviembre de 1933 en Sagua la Grande, Cuba, René Mederos fue un artista gráfico autodidacta, además de amante del ron, jugador de dominó y, supuestamente, pésimo bailarín. Este viaje a Vietnam, y otro que se dio en 1972, fueron momentos importantes en su vida como artista, socialista e internacionalista. Para ese entonces, Raysa y su hermana eran muy pequeñas.

“Me acuerdo de mi padre regresando de Vietnam”, recordó Raysa. “Empezó a pintar toda esta vegetación y caras que hasta entonces me eran desconocidas. No hablaba de la guerra, sino de las muchas cosas que la gente cargaba en sus bicicletas”. En vez de documentar la brutalidad de una guerra imperialista, pintó retratos coloridos de la cotidianidad: búfalos bañándose, soldados descansando, niños y niñas yendo a la escuela. Raysa recuerda que los colores eran tan vivos que resultaba problemático reproducirlos en las imprentas. Nuestra imaginación también está limitada por las condiciones materiales que pueden darles vida. Estas limitaciones eran más agudas aún en una isla donde el acceso a bienes esenciales, desde comida y medicinas hasta papel y pintura, ha sido fuertemente afectado por un bloqueo de seis décadas.

“¿No tuviste miedo?” Raysa recuerda haber preguntado a su padre cuando era niña.

“Claro que sí”, le respondió Mederos. “Nunca había sentido un miedo así. Pero vi a niños y niñas yendo a la escuela todos los días a pesar de los bombardeos. Nada les impidió aprender a leer y escribir. Nada les impidió seguir sus vidas en medio de la guerra.”

Insistían en seguir viviendo. Pero esa insistencia no fue una experiencia individual. Fue una experiencia colectiva, sentida y puesta en práctica por una clase, por una nación y por diferentes pueblos alrededor del mundo colonizado. La actitud de Ho Chi Minh leyendo en la orilla, despreocupado a pesar de estar solo y desarmado, ilustra esta determinación. Las grandes narrativas de la historia — revolución, liberación nacional, emancipación — están compuestas por estos momentos de quietud. Mientras lee y reflexiona, Ho Chi Minh se quita las sandalias.

Selected Hồ Chí Minh, editado por Vijay Prashad, LeftWord Books, 2022, con un colage digital basado en trabajos de René Mederos.

Las icónicas sandalias  son un símbolo de resistencia anti-colonial. La brutalidad del colonialismo francés en Vietnam tuvo mucho que ver con la voracidad por el caucho. Las plantaciones más grandes — incluyendo la de Michelin, hoy día conocida por su guía de restaurantes y por la mascota blanca que vende cauchos — tuvieron tasas de mortalidad de hasta 47% de sus trabajadores bajo régimen de servidumbre en los años 1920. Ho Chi Minh usó estas sandalias de caucho no solamente en las selvas, sino también durante su presidencia en Vietnam del Norte entre 1945 y 1969. Cada paso que dio fue un avance para la caída del colonialismo.

Frantz Fanon, el teórico anti-colonial y psiquiatra oriundo de Martinica, nos ayudó a entender la importancia de la cultura en la lucha contra el colonialismo y por la liberación nacional, elogiando el poema de Fodéba Keïta’s “Aube africaine” (Alba africana) como un ejemplo, “un verdadero llamado a la reflexión, a la desmitificación y al combate.” El retrato de Mederos es una invitación similar, que nos lleva a ese momento en el que Ho Chi Minh se sentaba en la orilla del río, teorizando y analizando un mundo que quería cambiar. Más allá de la nostalgia del pasado, ¿qué nos pueden enseñar los legados de Mederos y Ho Chi Minh en los días que corren? Como dijo Fanon, debemos “usar el pasado con la intención de abrir el futuro, como un llamado a la acción y como una fuente de esperanza.”

Ho Chi Minh falleció después de una larga enfermedad en el mismo año en que Mederos estuvo en Vietnam. Tenía 79 años. Vivió 79 primaveras, pero no alcanzó a ver su país unido y su pueblo liberado. “79 Primaveras” es el título de una película experimental del realizador cubano Santiago Álvarez producida ese mismo año. La obra de 24 minutos en blanco y negro está hecha de varios montajes. Es un llamado a la reflexión: en medio de la selva, Ho Chi Minh trabaja en una máquina de escribir y se rasca la cabeza. Para la desmitificación: arregla su cama en su cabaña. Para el combate: saluda una gran multitud de soldados y civiles. Y, por supuesto, tiene puestas sus sandalias.

Kael Abello, “Mederos en su oficina” (2020) de la serie René Mederos: color y lucha 

Originalmente publicado en inglés en Hyperallergic. Traducción: Ricardo Vaz. Corrección: América Rodriguez.

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