Con el mismo derecho que la palabra y la escritura, la imagen puede ser el vehículo de todos los poderes y de todas las vivencias.
Serge Gruzinski, La guerra de las imágenes. De Cristóbal Colón a “Blade Runner”1492-2009.
La historia del siglo XX ha sido plenamente conocida a partir de imágenes. La fotografía y los fotoreporteros cambiaron la relación que teníamos con la realidad y aún más con la historia. Aprendimos a vernos y a reconocer en imágenes momentos que cambiaron el rumbo de la humanidad.
Las imágenes que de la guerra europea se propagaron, supusieron un enorme interés entre los aficionados y estudiosos de la historia. Fueron las fotografías las que con gran efectividad convertieron a espectadores lejanos en testigos centrales de los horrores de aquel capítulo que cambió el mapa de los poderes hegemónicos y marcó el renacimiento del imperialismo, esta vez acompañado del fascismo.
Una de estas tantas imágenes fue eco de un episodio en el que “la belleza” de la guerra, en el sentido romántico del término, se hizo presente vestida finalmente de gloria, de victoria.
El 2 de mayo de 1945, luego de quince días de feroces combates, el Ejército Rojo soviético logró el objetivo de tomar el Reichstag. Ese momento, tan simbólico y poderoso, quedó grabado por la luz gracias al lente del fotógrafo soviético Yevgeny Khaldei. La gráfica retrata a dos soldados: el sargento Meliton Kantaria, un georgiano, y el sargento Mikhail Yegorov, un ruso, simbolizando la unidad de las diversas repúblicas soviéticas en la victoria, en el momento en que izan la bandera de lana carmesí de la URSS sobre el ruinoso edificio sede del poder alemán, sellando el triunfo sobre la infamia nazi.
Para la Unión Soviética, esta fotografía se convirtió en un emblema de su papel crucial en la liberación de Europa del fascismo.
La historia detrás del lente
Susan Sontag, en su ensayo “Sobre la fotografía” (1977), afirma que una imagen puede ser alterada, construida, pero lo que no puede negarse es que lo que está en ella, es muestra plausible de su existencia.
La fotografía de Khaldei fue cuidadosamente escenificada. Los soldados que aparecen en ella no son quienes inicialmente izaron el verdadero estandarte, no se realizó el día en que realmente se tomó el Reichstag y la bandera utilizada no fue la original. El fotógrafo recreó un evento que ya había ocurrido días antes para capturar la grandeza del momento y producir una imagen que resonara con la magnitud histórica de la toma del Reichstag.
Khaldei en la Puerta de Brandenburgo.
El 30 de abril de 1945, dos jóvenes del Ejército Rojo: Rakhimzhan Koshkarbaev, teniente de origen kazajo, y el soldado Grigory Bulatov, ruso, lograron abrirse paso entre el intenso fuego enemigo y alcanzar una parte del Reichstag. Con una bandera improvisada en tela roja, izaron el estandarte soviético en una de las esculturas de la edificación. Sin embargo, no era la cúpula principal, ya que no lograron llegar a la mayor altura del edificio. El acto de valentía de Koshkarbaev y Bulatov fue la primera señal de la inminente victoria soviética.
Sin embargo, la historia más difundida y la que inspiró la imagen icónica que perdurará es la del izado de la bandera de la victoria en la cúpula del edificio por los sargentos Meliton Kantaria y Mikhail Yegorov. Estos dos soldados formaban parte de un grupo de asalto especialmente designado para esta tarea. Bajo el mando del teniente Alexei Berest, Kantaria y Yegorov lograron llegar hasta la cima de la cúpula del Reichstag el 2 de mayo de 1945.
Vicente de Oliveira
Sorprendentemente, la imagen que conocemos como la «Bandera de la Victoria» sobre el Reichstag ¡es una reconstrucción! Tras la caída de Berlín, el fotógrafo militar soviético Yevgeny Khaldei organizó una pose con los soldados Alexéi Kovaliov, Abduljakim Ismailov y Leonid Gorichev, ninguno de los cuales había participado en la toma del Reichstag ni izado la bandera original.
La bandera que aparece en la imagen fue traída por el propio Khaldei. La fotografía final fue retocada como suele hacerse con toda fotografía que tiene como fin ser publicada, todo fotógrafo edita su producto final. En este caso, se le añadió mayor contraste para imprimir dramatismo; se incluyeron nubes y columnas de humo al fondo, también se incrementó la luminosidad y se eliminó un reloj de la mano derecha del soldado que se encuentra apoyado a la columna. Dicho reloj al parecer había sido tomado a un soldado alemán fallecido, y se decidió eliminarlo de la foto para evitar que los espectadores asociaran la prenda como botín de guerra y saqueo. Entre tanto, las ruinas del edificio, la bandera desplegada como un símbolo del triunfo y fin de un conflicto mortífero, fueron elementos materiales y simbólicos que pesaron sobre esta histórica imagen y que son prueba de un hecho trascendental.
Marderer. Tag der Befreiung
La propaganda o promoción de ideas y mensajes es parte de las funciones que cumple la fotografía. Las circunstancias históricas, los poderes e intereses detrás del lente, así como el propósito de estas gráficas, determinan su contenido. Si bien la fotografía constituye un registro visual que recoge escenas, personas, lugares, objetos, hechos, acciones humanas en general, consiste asimismo en un medio de representación de la realidad. La fotografía también construye un discurso, razón por la cual queda como un importante testimonio:
“La imagen fotográfica es lo que resta de lo acontecido, fragmento congelado de una realidad pasada, información mayor de vida y muerte, además de ser el producto final que caracteriza la intromisión de un ser fotógrafo en un instante de los tiempos.” (Boris Kossoy, Fotografía e historia. p.30, 2001).
Kael Abello. La Liberación de Berlín.
La toma del Reichstag, sede del parlamento alemán, fue un objetivo estratégico y simbólico clave para el Ejército Rojo durante la Batalla de Berlín, en el marco de La Gran Guerra Patria. A medida que las fuerzas soviéticas avanzaban implacablemente a través de la capital alemana desde mediados de abril de 1945, la lucha se tornó feroz y sangrienta.
El Reichstag, aunque notoriamente destruido por los bombardeos, representaba el centro del poder nazi, y su toma era sin duda un golpe decisivo para la moral alemana, así como una demostración contundente de la victoria soviética. De modo que la fotografía cumple su cometido: significar el fin de una época y ser el ícono de la victoria de la Unión Soviética sobre el fascismo y el nazismo.