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Hace 90 años, un levantamiento campesino marcó la historia de El Salvador y de toda América Latina. La heroica gesta ocurrida en enero de 1932 es recordada como ejemplo de lucha revolucionaria contra las injusticias impuestas por una ominosa oligarquía.
La insurrección fue el resultado de décadas de discriminación contra la población rural, que en su mayoría era indígena. En 1881, el entonces presidente Rafael Zaldívar les arrebató sus tierras comunales para convertirlas en fincas exportadoras de café. El monocultivo cafetalero aumentó drásticamente la desigualdad social al enriquecer a una pequeña élite local.
Los campesinos también fueron obligados a trabajar por salarios de hambre para los latifundistas que ahora explotaban sus tierras. Aunado a esto, la crisis capitalista de 1929 desplomó los precios del café generando una crisis económica mundial. La respuesta de los oligarcas fue el despido de miles de campesinos y la esclavización del resto.
El 22 de enero de 1932 la indignación en el campo llegó a su punto de ebullición. Armados con machetes y unos pocos fusiles, los campesinos tomaron el occidente salvadoreño para pelear por sus tierras y sus derechos. Sin embargo, la rebelión fue duramente reprimida por el recién instalado dictador Maximiliano Hernández Martínez, resultando en una masacre. En diez días, más de 25 mil fueron asesinados.
En los meses siguientes las poblaciones rurales vivieron en terror, pues todo aquel con rasgos indígenas era catalogado de insurrecto y ejecutado. Esto los obligó a suprimir su identidad, sus costumbres y su idioma náhuat, que actualmente está en peligro de desaparecer.
Aunque el levantamiento campesino no tuvo los resultados esperados, abonó el camino para numerosas conquistas sociales en El Salvador e inspiró luchas populares en toda América Latina. Asimismo, importantes legados revolucionarios surgieron de la rebelión, entre ellos el cacique indígena Feliciano Ama y el líder antiimperialista Agustín Farabundo Martí.
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Redacción: Andreína Chávez. Ilustración: César Mosquera.
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