El campo venezolano sigue estando a la vanguardia de la lucha por la justicia social en Venezuela y en defensa del legado del Comandante Hugo Chávez. Este 2021 no es la excepción.
La crisis, las sanciones y las contradicciones políticas y económicas han creado condiciones para que la oligarquía terrateniente busque recuperar el terreno perdido. En respuesta, el movimiento campesino ha alzado nuevamente sus banderas de lucha, sacudiendo al país en el 2018 con la Marcha Admirable.
Las mesas de trabajo desarrolladas en estos tres años con las instituciones gubernamentales han dado pocas respuestas, mientras que la violencia contra el pueblo campesino continuó rampante. Todo esto, aunado a la amenaza de reforma de la Ley de Tierras, para favorecer a enemigos históricos del Proceso Bolivariano como la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (FEDENAGA), ha trasladado la lucha, una vez más, a las calles y a las redes sociales.
Más de 20 organizaciones convocaron a una concentración frente a la Asamblea Nacional para exigir respuestas en cinco ejes:
La Ley de Tierras aprobada en el 2001 fue indudablemente uno de los avances más significativos de la Revolución Bolivariana. Prueba de ello fue la virulenta reacción de la oligarquía en el golpe de 2002 y las agresiones subsecuentes en el campo.
La Ley de Tierras, según cifras oficiales, permitió recuperar 6.762.399 hectáreas, decretando así una guerra contra el latifundio En total más del 60% de las tierras consideradas como latifundio pasaron a pequeños y medianos productores. No es sorprendente que, en medio de la creciente apertura hacia el sector privado, neutralizar esta herramienta sea una prioridad para actores como FEDENAGA y FEDECÁMARAS.
En respuesta, los movimientos campesinos buscan defender lo que llaman su “constitución”.
Uno de los aspectos más visibles de la ofensiva terrateniente en el campo ha sido la criminalización de las luchas populares.
La burguesía viene recurriendo a autoridades locales, jueces y cuerpos de seguridad corrompibles para judicializar las vocerías campesinas en las disputas de tierra. Solo la Plataforma de Lucha Campesina reporta 142 casos de judicialización y 39 campesinos presos. Como tal, este ha sido un tema prioritario en las mesas de trabajo y en las movilizaciones.
“Para nuestros muertos ni un minuto de silencio, toda una vida de lucha”. Este es uno de los eslóganes más comunes de la lucha campesina. Desde la aprobación de la Ley de Tierras ya son 300 las víctimas de sicarios al servicio de terratenientes.
Los asesinatos, además, tienen lugar en un clima de impunidad. Las autoridades judiciales han avanzado muy poco en las investigaciones contra los autores materiales y morales de los casos, mientras que las denuncias de amenazas contra las y los campesinos se siguen apilando.
En Venezuela, como en la mayoría de los países del mundo, los pequeños y medianos productores aportan más del 70% de los alimentos al mercado.
En el caso venezolano, la crisis económica y las sanciones estadounidenses han implicado una imposibilidad casi total de importar semillas e insumos. Aunado a eso, las familias campesinas han tenido cada vez menos apoyo del Estado, por ello exigen cumplimiento de los planes de siembra y mayor respaldo para lograr seguridad y soberanía alimentaria en el país.
Sin embargo, aún en las condiciones más adversas, el campo venezolano no ha dejado de producir.
El bloqueo estadounidense ha tenido muchas consecuencias catastróficas, entre ellas la escasez de combustible que pone en peligro tanto la siembra como las cosechas.
Los movimientos campesinos señalan que el sector agro-alimentario se encuentra en una situación muy compleja y que debe ser declarada una emergencia con respuestas acordes para asegurar el abastecimiento de alimentos al pueblo venezolano.
El pueblo campesino venezolano ha demostrado una y otra vez que no va a bajar los brazos. Frente al bloqueo y todas las adversidades, seguirá marchando y poniendo el pecho en defensa de la justicia social en el campo y del legado de la Revolución Bolivariana.
Investigación y textos: Ricardo Vaz. Ilustraciones: 1. Miguel Guerra, 2. César Mósquera, 3. Valentina Aguirre, 4. Cacica Honta, 5. América Rodríguez. Diseño gráfico: Kael Abello. Corrección: Andreína Chávez.
Buenas! antes que nada aplaudir el esfuerzo que se nota que hacen por intentar un esbozo de crítica sobre la situación nacional (me refiero a la crisis sin precedentes que atraviesa el país con todos sus protagonistas tan bien definidos, tanto de un bando como del otro), y más aún por intentar hacerlo entre tanta propaganda partidista. interesante eso de intentar crear contenidos que contengan al mismo tiempo aspectos críticos y propagandistas sobre el mismo sujeto. un intento muy lindo eso sip, bello y agradable a la lectura. el contenido es el que puede resultar a mi parecer un poco vago, y quizás tímido, o será cauteloso… ? … igual pienso que el hecho mismo de que hayan hecho la finta de la crítica es ya un comienzo. valioso en su intento, decepcionante en sus sus carencias, pero existente, que ya es mucho más de lo que otros podemos decir. así que gracias!