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Black is beautiful

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Imágenes de Pablo Kalaka en diálogo con los códigos estéticos de las Panteras Negras y en homenaje a su legado

Es un hecho contrastable: Estados Unidos es una nación fundada sobre el racismo. Su apocalíptica y tragicómica actualidad no es en realidad nada nueva, Trump no es una excepción, es la manifestación más transparente del mainstream de un país nacido ideológicamente sobre los pilares del supremacismo. Pero esta nación fue levantada por manos africanas, chinas, europeas, hispanas. Y sobre un cementerio de centenares de pueblos originarios diezmados, saqueados, pulverizados. El brazo que empuja esta siniestra historia es la violencia. Manifiesta, multicéfala, blanca, patriarcal, capitalista. La matanza de negros y negras por la mano policial no es cosa nueva. Es parte de la cotidianidad de millones de personas.

A mediados del siglo XX la comunidad afrodescendiente norteamericana ensayaba formas de organización y respuesta a esta intolerable situación. Sus líderes eran asesinados pública y selectivamente: Martin Luther King, Malcolm X, etc… Infundir el terror en la comunidad negra parecía ser la medida de contención perfecta, pero en lugar de la desmovilización, ocurrió justamente lo contrario.

Entre el año 66 y 67 nace en California el Partido Pantera Negra de Autodefensa. Una generación joven e indignada, convencida de que la campaña pacifista de Martin Luther King solo hizo a la Comunidad más vulnerable, se plantearon ir camino adentro por la línea de Malcolm X: organizar a la comunidad afro, a sus jóvenes, para la autodefensa contra la violencia policial. Formaron patrullas de vigilancia. Asumieron al enemigo, como diría la canción. Estudiaron las leyes de California para encontrar la justificación para el porte público de armas. No tardaron en mostrar una notable capacidad organizativa, ideológica, estratégica y de convocatoria. Eran prácticamente un movimiento de guerrilla urbana en posición defensiva.

El Partido brevó de idearios socialistas, internacionalistas y miraba muy de cerca todos los movimientos emancipadores del planeta. Manifestaron su apoyo manifiesto a la Revolución cubana, y a las epopeyas libertadoras africanas. Se mostraban solidarios con la comunidad hispana y movimientos afines. Sobre todo, edificó un nacionalismo afrodescendiente. Su documento fundacional, el Programa de los Diez Puntos: 

La Campaña Comunicacional del Movimiento fue de una efectividad e inteligencia notables. Emory Douglas, Ministro de Cultura del Partido, convirtió al periódico del Movimiento en un documento vivo, hiperactivo, poderosamente profuso en imágenes. Los dibujos de Douglas, a dos colores, marcados por la urgencia militante, cabalgan entre la sátira, el costumbrismo y la epopeya del Movimiento.

Carteles de Emory Douglas para el Partido: 1) Revolución en nuestro tiempo 2) Sobreviviremos, no cabe duda 3) Somos entre 25 y 30 millones, estamos armados, conscientes de nuestra situación y determinados a cambiarla. Además, no tenemos miedo.

Utilizaron las herramientas del mainstream mediático para sus propios fines, pero los modos de distribución no eran en modo alguno capitalistas ni seguían una lógica de consumo: armaron redes de distribución que sirvieron a su vez de conexión entre el Movimiento y la Comunidad.

El empoderamiento era parte de la tarea militante, la afirmación de la propia belleza (Black is Beautiful) alcanzó dimensiones políticas y fue protagonista en la campaña por la recuperación de la negritud como referente de sí mismo.

Más allá del frente gráfico, la BPP supo crear (o re-crear) una identidad, una estética en el vestir, en la música, en el discurso, en los modos y maneras de comportamiento, que son fácilmente identificables y que dan cuenta del ejercicio deliberado del orgullo de sí mismos. Un pueblo que tuvo que reconstruir su identidad con los retales raídos de su historia. El empoderamiento era parte de la tarea militante, la afirmación de la propia belleza (Black is Beautiful) alcanzó dimensiones políticas y fue protagonista en la campaña por la recuperación de la negritud como referente de sí mismo. El BPP no solo se manifiesta en la hermosura de su raza, sino en la altivez de su orgullo fraguado sobre el reconocimiento de siglos de maltrato y balcanización de su identidad y amor propio. Es la estética como una herramienta política, profundamente efectiva y poderosa, que aún hoy sigue vigente en la cultura popular norteamericana y mundial.

Michael B. Jordan y Beyonce hacieno uso de códigos de estéticos de las Panteras Negras.

La etapa combativa del Movimiento es considerada por muchos una etapa más performativa que real o realizable. El verdadero alcance estuvo en la apuesta de transformación social, educativa y de alimentación. En un país con más de 40 millones de pobres, el programa alimentario del Movimiento fue una respuesta concreta, efectiva y exitosa. Miles de niños y niñas desayunaban gracias al programa. Además, Los Panteras Negras habían conseguido movilizar políticamente a cientos de miles de afrodescendientes que nunca se habían inscrito siquiera en el registro electoral.

Programas sociales de las Panteras Negras.

Todo el sistema institucional de poder estadounidense se alarmó. El FBI se otorgó la tarea de liquidar al Movimiento. El Partido fue declarado la principal amenaza interna para la Seguridad de los Estados Unidos. Desarticular a la organización se haría a varios niveles:

  • Infiltrados generaron enemistades entre la dirigencia, sospechas, cizañas, contrainformaciones, desatando la paranoia entre sus miembros. Algunos de ellos no pudieron con la feroz persecución y sucumbieron incluso mentalmente.
  • Cerco mediático, criminalización del movimiento. Señalamiento de sus dirigentes como delincuentes y criminales buscados por la ley.
  • Persecución de sus partidarios y partidarias, lo que condujo a la prisión a varios de sus miembros, al brutal asesinato de muchos de ellos y a la clandestinidad a otros tantos. Aún hoy en día hay dirigentes en prisión y otros siguen en Busca y Captura.

La crisis interna, producto de la feroz persecución, los condujo a un cisma: unos apostaban por la respuesta armada y otros por la salida política, la cual fue vencida a base de cerco y sabotajes. El Partido no pudo soportar la presión y terminó por disolverse. Si bien se han intentado varias formas de reorganización en los años posteriores, nunca se volvió a levantar el BBP como en sus inicios. Muchos de sus líderes aún vivos, como Angela Davis, Bobby Seale o Emory Douglas, siguen en activo, militando y recordándonos el incombustible legado del Partido más insurgente que haya nacido en el seno de los Estados Unidos.

INFLUJOS: Columna donde artífices, artistas, artesanas y artesanos hablan de sus maestras, sus maestros, sus raíces, sus escuelas…

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