Lyubov Popova (1889-1924) fue parte de la generación de artistas vanguardistas de la Rusia de lo primeros años de revolución. Partiendo de la pintura, expandió las fronteras de su trabajo para acompañar los desafíos de la producción industrial. En el centro del movimiento constructivista desarrolló escenografías para el Teatro de Moscú, impartió clases en Vkhutemas, formó parte del Inkhuk, y participó en la célebre exposición 5×5=25. El texto que reproducimos a continuación, apareció en el catálogo de la «10ma Exposición Estatal: Creación No-objetual y Suprematismo», celebrada en Moscú, en 1919. A pesar de su brevedad, da cuenta de lo avanzado del pensamiento de Popova en torno a los problemas y desafíos del arte en el siglo XX.
ABRE COMILLAS
La construcción en la pintura = la suma de la energía de sus partes.
La superficie es fija pero las formas son volumétricas.
La línea como color y como vestigio de un plano transversal participa en la construcción y dirige sus fuerzas.
Por su peso, el color participa en la energética.
Energética = dirección de los volúmenes + planos y líneas o sus vestigios + todos los colores
La textura es el contenido de las superficies pictóricas.
La forma no mantiene necesariamente un mismo valor a lo largo de una secuencia. La conciencia artística debe elegir aquellos elementos indispensables en un contexto pictórico, en cuyo caso todo lo superfluo y carente de valor artístico debe ser omitido.
Por eso, la representación de lo concreto -sin ser deformado ni transformado- no puede ser tema de la pintura.
En el presente, la pintura debe aspirar a imágenes de valores “pictóricos“ y “no figurativos“
ABRE COMILLAS es una columna que recoge citas, transcripciones y fragmentos textuales en donde importantes actores reflexionan en torno a una producción cultural alternativa.
