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La rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992 fue la chispa revolucionaria para acabar con 40 años de dominación neoliberal en Venezuela y enrumbar al país hacia un destino mejor.
A la vanguardia de esta insurrección estaba un soldado rebelde, que desde 1982 fraguaba desde las barracas militares un proyecto revolucionario para construir una Patria nueva. Se trataba del entonces teniente coronel Hugo Chávez y el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200).
La misión de los soldados patriotas era tomar el poder político para entregárselo al pueblo, pero las probabilidades no estaban a su favor y el intento falla. Chávez decide presentarse frente a las principales televisoras del país para asumir la responsabilidad de la rebelión y anunciar que los objetivos solo “por ahora” no habían sido alcanzados.
La memorable alocución apenas duró un minuto, pero catapultó al joven rebelde hacia la escena política del país, ganándose la admiración de todo un pueblo:
“Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano”.
En términos históricos, el 4 de febrero nació Chávez el líder.
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Redacción: Andreína Chávez. Ilustración: Miguel Guerra.
