La principal inspiración formal para el isotipo del EPO la tomamos de los escudos bordados con los que solía condecorarse a los soldados del ejército libertador luego de las batallas. Siendo el EPO también un ejército libertador pero que libra batallas con herramientas combinamos el código de estos escudos con una llave en una diagonal ascendente. En la esquina superior de la composición, la estrella roja de cinco puntas del socialismo, horizonte objetivo del EPO. La paleta, el tricolor bolivariano.
El tricolor y las geometrías diagonales parten del emblema pero inauguran a su vez otras formas de combinarse, construyendo así en elocuente pero flexible discurso visual.
Una de las fortalezas del nuevo isotipo consiste en que es muy fácil de adaptar para reproducir de manera artesanal. Esta cualidad era un imperativo, ya que las circunstancia en las que circulará la imagen del EPO estarán siempre condicionadas por el efectivo aprovechamiento de la menor cantidad de recursos.
Para agilizar gestiones, alianzas y relaciones la imagen del EPO necesitaba aplicarse a una papelería que diera cuenta de la seriedad, responsabilidad y legitimidad de la organización.
La marca, la narrativa visual y las otras piezas generadas por la comunidad Utopix en este experimento de desarrollo colectivo de identidad, están ahora en manos de la clase obrera. Le servirán al EPO para identificarse, comunicarse, explicarse, hacerse inteligibles, y los acompañará a donde sea que lleven su lucha.